
Una etóloga con quien mejorar la comunicación con tu mascota
España es uno de los países con mayor número de mascotas por familia. Nos encanta estar en su compañía y cuidar de ellos en todo momento.
Por este motivo, a veces, en la relación con nuestra mascota nos hace falta conocer el por qué de su comportamiento y ¡qué mejor que una etóloga para llegar a conseguirlo!
¿Qué hace un etólogo canino y felino?
La figura del etólogo nace del estudio del comportamiento animal. Saber cuáles son los comportamientos normales de nuestros amigos nos permite reconocer las alteraciones que pueden sufrir, fruto de estados emocionales alterados.
Sin lugar a dudas, los animales tienen sentimientos, tales como la frustración, la ansiedad o el miedo. Sin embargo, no son capaces de explicárnoslos.
Los humanos somos una especie que tiende a verbalizar sus necesidades y pensamientos, mientras que los animales captan mejor la gestualidad y el estado de ánimo. Por todo ello, a veces, se hace realmente difícil el entendimiento mutuo y surgen situaciones francamente difíciles tanto para animales como para cuidadores.
Ahí entramos los etólogos, haciendo fluir la comunicación y dando un cauce útil al cariño y las ganas que ponéis a la hora de preocuparos por el estado emocional de vuestros compañeros animales.

¿Por qué necesito acudir a un etólogo de perros o gatos?
Son muchos los beneficios que podemos aportaros. Partimos del hecho de que el etólogo va a tratar vuestra comunicación como una “terapia de pareja”. Cuando hay una relación de afecto sincera pero falta el entendimiento, a veces la convivencia falla y el fruto de ello es frustración y pena por las dos partes.
Estos son algunos de los conflictos habituales que un etólogo trata con los cuidadores en sus sesiones.
Mi mascota llora cuando salgo de casa
Los perros son animales gregarios, para los que la manada significa seguridad, al contrario que los gatos. Por ello, es muy frecuente que los cachorros se sientan inseguros y desarrollen de jóvenes esta conducta. También influye en gran medida el temperamento de nuestro peludo, pero con la educación adecuada y la ayuda del etólogo, esta conducta se puede mejorar mucho. Además, incluso podemos prevenir cuando aún son pequeños y no llevan mucho tiempo presentándola.
En los problemas comportamentales, es vital el tratamiento temprano para no dar lugar a una conducta indeseada a convertirse en hábito. En caso contrario, sería una cuestión más difícil de tratar y que puede generar en nuestro amigo un descenso de la calidad de vida.
La ansiedad, el babeo, la micción, hasta la anorexia relacionada a veces con nuestra ausencia, son algunos de los síntomas de un estrés realmente alto que no debemos relativizar.

Comportamientos agresivos en la calle
La agresividad es una forma de comunicación fisiológica en los perros y gatos que busca eludir una agresión física, evitando así una herida que en la naturaleza podría suponer la muerte. Cuando un animal es agresivo debemos preguntarnos primero si es una respuesta normal ante una agresión externa, o se presenta a raíz de algún estado emocional alterado.
Esta es la principal diferencia que existe cuando lo enfocamos los etólogos. No queremos evitar solamente la conducta, sino encontrar la causa por la que nuestro amigo se comporta así. A los animales, igual que a las personas, les gustan los ambientes distendidos y pasarlo bien en buena compañía. Si un animal recurre a esto, será una mala experiencia también para él, por lo que no lo hará sin motivo alguno.
Por esta razón, debemos tratar la agresividad como un problema grave que tendrá motivaciones emocionales de fondo y tratarlo en consecuencia. Todo ello desde la paciencia y el cariño, con todas las garantías de seguridad tanto para él, como para las personas y demás animales con los que conviva.


Comportamientos agresivos en la calle
La agresividad es una forma de comunicación fisiológica en los perros y gatos que busca eludir una agresión física, evitando así una herida que en la naturaleza podría suponer la muerte. Cuando un animal es agresivo debemos preguntarnos primero si es una respuesta normal ante una agresión externa, o se presenta a raíz de algún estado emocional alterado.
Esta es la principal diferencia que existe cuando lo enfocamos los etólogos. No queremos evitar solamente la conducta, sino encontrar la causa por la que nuestro amigo se comporta así. A los animales, igual que a las personas, les gustan los ambientes distendidos y pasarlo bien en buena compañía. Si un animal recurre a esto, será una mala experiencia también para él, por lo que no lo hará sin motivo alguno.
Por esta razón, debemos tratar la agresividad como un problema grave que tendrá motivaciones emocionales de fondo y tratarlo en consecuencia. Todo ello desde la paciencia y el cariño, con todas las garantías de seguridad tanto para él, como para las personas y demás animales con los que conviva.
Ladrido o maullido excesivo
Los ladridos y los maullidos también son respuestas fisiológicas por parte de perros y gatos. Generalmente, suelen ser actos comunicativos con los que pretenden contarnos cosas. Un dato curioso a este respecto es que los gatos que no son criados con humanos no maullan entre ellos para comunicarse si no están en celo. Imaginamos con esto las ganas que tienen de comunicarse con nosotros.
Cuando se convierten en conductas molestas o patológicas tendremos que hallar la causa y redirigir estos comportamientos hacia otros que no sean tan difíciles de aceptar por los vecinos.
Ante esta situación, como etóloga siempre recomienda la intervención precoz para evitar que vayan a más.

¿Qué puede conseguir un etólogo para tu perro o gato?
Nuestra meta siempre va a ser mejorar la situación emocional y el vínculo de animal y cuidador. La mayoría de los abandonos hoy día se producen por problemas de comportamiento que realmente se pueden tratar y no me cansaré de decirlo: PREVENIR.
Esta disciplina es relativamente nueva, pero realmente ayuda a los cuidadores a entender a esos amigos que siempre están ahí y a los que, solo y desgraciadamente, les falta hablar. Para realmente “hablar” con los animales debemos conocer su lenguaje, su forma de pensar y de reaccionar. Reunir estas capacidades nos permitirá comunicarnos de forma efectiva desde la claridad y no desde la desconfianza o el miedo.
Tu etólogo puede darte las herramientas para tener un amigo del que disfrutar y no una preocupación que sufrir, porque lo realmente importante es que vuestra relación vuelva a ser única, agradable y positiva. ¿Por qué no es el bienestar mutuo el motivo principal por el que tener un compañero animal?

Comprensión de las situaciones y conflictos con tu mascota.
Entender por qué se desencadenan ciertos sucesos te dará las pautas sobre cómo serán las reacciones de cada animal ante ellas. De esta forma, podremos marcar una línea de actuación adecuada y con empatía por nuestra mascota.

Herramientas comunicativas y resolutivas.
Si sabes lo que ocurre y cómo actuar, podremos afrontar con éxito los retos que se presenten

Mejora de la relación con nuestra mascota.
Podremos entender y empatizar, mejorando el vínculo con ella, a la vez que usamos técnicas de educación positivas.

Prevención del empeoramiento de ciertas conductas.
Sin darnos cuenta, fomentamos e incluso enseñamos, por falta de información o mala calidad de esta, a nuestro animal a responder con agresividad o le asustamos. Después de varias sesiones, esto ya no os volverá a pasar.
¿Conoces la nueva ley sobre perros potencialmente peligrosos?
Próximamente, el borrador del proyecto de ley se hará vigente en todo el país. Una vez puesto en marcha, los cuidadores de perros de más de 10 kg deberán llevar una acreditación para su perro en la que indica que no son potencialmente peligrosos.
Esta nueva medida afectará a todos los perros, sea cual sea su raza. Por este motivo, conviene que tu mascota esté en condiciones psicológicas óptimas para superar el diagnóstico del etólogo.
Si quieres saber más sobre esta ley cómo os puede afectar, haz click en el siguiente botón.
