"Una forma de conectar dos mundos desde la comunicación."
Mi experiencia como veterinaria.
Desde los ocho años supe qué quería ser, sin titubeos. Llegué a la universidad y, desde 2008, estudio medicina animal. Lo que descubrí estudiando las dolencias físicas fue que las psicológicas también aparecían en perros y gatos, pero que no se conocían tan bien. Llevo mucho tiempo siendo veterinaria generalista y he completado mi terapéutica al abordar los problemas del cuerpo sin descuidar los de la mente.
Pensé durante mucho tiempo en qué rama quería especializarme y ,sin darme cuenta, acabé estudiando etología, una ciencia que me apasiona. El desconocimiento general que hay sobre ella me supone un emocionante reto profesional. He podido experimentar en primera persona la frustración y la tristeza que genera un conflicto con un animal al que quieres, pero que no entiendes.
Solo gracias a la paciencia y la compresión pude mejorar la situación y reconducirla hacia una convivencia satisfactoria y armónica para todos los miembros de mi casa: mi gata con ansiedad, yo (también) y mi gato.
Lo que mi gata me enseñó fue mucho y ahora me gustaría poder usarlo de puente para mejorar la vida de más animales y cuidadores.
La etología como camino de comprensión con las mascotas
He decidido apostar por esta terapia que creo que puede hacer bien tanto a animales como a personas. Todas las enseñanzas que nos permitan tener un conocimiento más amplio sobre nuestro entorno y sobre nosotros mismos nos ayudará a crecer como sociedad.
Esta es mi elección personal para aportar algo al mundo en el que vivo. Al igual que han ido cambiando las ideas de familia, de relaciones, de cuidado personal, etc, veo necesario también cambiar la forma en la que vemos a los animales y nos relacionamos con ellos. Algo nuevo y más sano para las tres especies. Una relación afectiva sana basada en el cariño, la paciencia, la aceptación y el trabajo diario.